Cuando tratamos manejar los objetivos de una compañía, o empresa es importante planificar cada uno de los aspectos en gestión presupuestaria, inversiones, contabilidad general, tesorería, y otros. Por ello, en la gestión de control se utilizan ratios e instrumentos, además de la información detallada que involucra cada proceso en el negocio.
La gestión empresarial, por ejemplo, dispone de diferentes métodos de control, como los manuales organizativos, las auditorías externas e internas, el cuadro de mando y los ratios específicos. Estos últimos son indicadores que se generan por medio de la comparación de dos cifras importantes, debido a que en muchos casos no tiene sentido tomar en cuenta cifras aisladas.
Pueden ser, por ejemplo:
- Ratio de liquidez general. Indica la proporción de deudas a corto plazo, las cuales pueden ser cubiertas por factores del activo. Es también llamado “razón corriente”.
- Ratio de acid test. Una medida que utiliza la capacidad de una empresa para enfrentar las deudas con ítems de activo.
- Capital de trabajo. Muestra lo que una compañía dispone después de saldar sus deudas cortas. Resulta de la resta del activo con el pasivo corriente.
- Rotación de inventarios. Proporciona información sobre lo que tarde el stock de un negocio para convertirse en efectivo.
- Rotación de activos totales, cuyo objetivo es mediar cuántas ventas tiene la empresa por cada sol en la inversión.
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